SOBRE LOS MIEMBROS

BURCHISKI, Dahiana



D.N.I 32.180.313



Oriunda: Santo Pipo,Misiones



Estado Civil: Soltera





LEZCANO, Enzo



D.N.I 32.049.824


Oriundo: Clorinda, Formosa



Estado Civil: Soltero




OJEDA, Vanesa



D.N.I 34.812.405



Oriunda: San Luis Del Palmar, Corrientes


Estado Civil: Soltera



JAPON




Nombre oficial: Japón

Capital: Tokio

Superficie: 377.837 km²

Principales ciudades:
Tokio 8.137.651 Yokohama 3.495.117 Ōsaka 2.495.769

Población 127.417.240 (2005)

Composición de la población
Japoneses 99,4%
Otros (principalmente coreanos), incluidos nativos ainu 0,6%

Lengua: japonés

Religión:
Sintoístas y budistas 84%
Otros (incluido el 0,7% de cristianos) 16%

Forma de gobierno: Monarquía constitucional.

Clima:

La disposición alargada que adoptan las islas japonesas confiere al carácter climático del país una variedad amplia, dentro de los márgenes que ofrece un clima monzónico e isleño.
Quizá la variedad climática más representativa se dé en la isla principal de Honshu, rodeada de montañas y de mar, donde las lluvias son abundantes durante el año. Incluso de costa a costa, varían desde los duros inviernos del oeste a los húmedos días del este, lluvia que a elevadas alturas se convierte en nieve suficiente para llenar múltiples pistas de esquí.
Sin duda alguna, la primavera es la estación ideal para contemplar Japón en todo su esplendor. Hileras infinitas de cerezos floridos pueblan el despertar estacional japonés paulatino, desde principios de marzo en el sur hasta mayo en las islas del norte. Las intensas lluvias de junio dan la bienvenida al verano nipón.
Muy caluroso, con una humedad elevada propia de un clima tropical, los nipones subsisten a base de sistemas de aire acondicionado omnipresentes. En caso de centrar la estancia en la época estival, el visitante deberá poner entre las primeras prioridades, un potente aparato de este tipo a riesgo de llegar a ser una vivencia algo insoportable.
Octubre y noviembre inician nuevamente una de las estaciones más atractivas en el paisaje japonés. Con el otoño, un chorro infinito de colores comienza a cambiar a modo de crisol espectacular.
En reglas generales, las temperaturas giran en torno a climas continentales, unidas a fuertes tormentas tropicales, o tifones e, incluso, a habituales y menores terremotos, que se suceden en el clima japonés.

Documentación:

Históricamente, la sociedad japonesa ha estado marcada por un sentido aperturista muy reducido. Este rasgo característico ha sido asumido en la modernidad con fuertes políticas de inmigración. Hoy en día, la entrada a Japón implica, cuanto menos, un proceso de selección desconocido en la entrada a otros países desarrollados.
Así, para una estancia típicamente turística -con fines laborales excluidos y 90 días improrrogables- tan sólo será necesario el pasaporte en vigor. En caso de tratarse de un viaje de este tipo, el viajero debe estar preparado para una serie de cuestiones de rigor que los miembros de la aduana japonesa realizan en la entrada al país.
Así, esta condición de turista debe estar sumamente justificada con datos como el objetivo del viaje, el lugar de alojamiento, las fuentes económicas de las que dispondrá para su experiencia en el país y un sinfín de preguntas que acrediten las intenciones «legales» del visitante, ante las cuales no admiten una duda por respuesta.

Desplazamiento:

Una vez dentro de Japón la elección de un medio de transporte depende fundamentalmente del tiempo y del presupuesto del que gocemos, además del tipo de viaje que se quiera hecer.
Por regla general, las carreteras japonesas suelen ser de una gran calidad, y los servicios de trenes, autobuses o ferry son suficientemente numerosos para proponerse un extenso recorrido.

Avión.
La oferta en vuelos domésticos comenzó a ser más competitiva tras la liberalización del mercado en 1996 y, hoy en día, compañías como JAL, ANA o JAS cubren ampliamente multitud de combinaciones de destinos ofreciendo, en ocasiones, una especie de bonos con más de un vuelo por un precio final menor.
El traslado en avión puede ser una buena decisión en fechas como el Año Nuevo o la fiesta del Obón en verano, cuando las carreteras y los trenes quedan colapsados por los japoneses que aprovechan las vacaciones para salir de sus ciudades.



El autobús.
Es una opción barata, especialmente cuando se eligen autobuses nocturnos. La red de autobuses interconecta con las principales ciudades. Sin embargo, la relativa diferencia -con descuentos y reducciones de precio en temporada baja- con el coste de los billetes de tren puede hacer que nos decantemos por este transporte masivo en Japón cuyas características abarcan la rapidez, la frecuencia y unas inmejorables conexiones.

Tren.
Aunque los billetes individuales en los servicios rápidos resultan caros, existen múltiples descuentos o abonos como los pases de trenes de la principal compañía JR (Rail Pass) que pueden suponer una buena elección. Además, si el tiempo del que disponemos no es muy largo, la red ferroviaria japonesa tiene algunos de los trenes veloces, como el Shinkansen.
El «tren bala», así denominado, fue en su momento de los símbolos de la tecnología punta aplicada en el Japón moderno. Con una velocidad de algo más de 260 kilómetros por hora, sus posibilidades han sido maximizadas con túneles bajo tierra y agua que consiguen trasladarnos de isla en isla en un tiempo que en la década de los ochenta supuso un récord mundial.
Cuenta con cinco líneas que cruzan el país y tres tipos: Kodama («trueno») -con paradas en todas las estaciones-, Hikari («relámpago» -con paradas en las principales- y Nozomi «deseo»)-el servicio más rápido que exige el pago de un plus económico. Dada la calidad en las vías, el coche puede darnos la suficiente autonomía en nuestros viajes por un coste no excesivo y un precio de gasolina inferior a las tasas europeas. Para ello será necesario contar con la licencia internacional de conducción.
Sin embargo, a excepción de los trenes de alta velocidad, los trenes comunes pueden llegar a ser muy lentos, ya que debido al terreno montañoso, a menudo los trayectos no se pueden hacer en línea recta y, por otra parte, con frecuencia es necesario hacer varios transbordos. Así, se puede llegar a tardar una hora y media en realizar un recorrido de 40 kilómetros.

Transbordadores.
Sin duda, si lo que pretendemos es conocer Japón un poco más a fondo, las elecciones son los transbordadores y las bicicletas, en cortas distancias. Los viajes en barco, que gozan de una extensa red de transbordadores, proporcionan mayor placer en un país como Japón, compuesto de multitud de islas. Se trata, muchas veces, de cruceros extensos y relajados por un coste asequible -especialmente en tarifas nocturnas. Si esta opción nos atrae, un crucero por la isla Sea o desde la isla de Kyushu hasta el archipiélago de Okinawa se convertirá en una experiencia visual inolvidable. Además, usualmente, estos medios de transporte gozan de todo tipo de comodidades, con restaurantes y zonas de descanso incluso en trayectos cortos.

La bicicleta.
Por último, la bicicleta forma parte del concepto exterior de la sociedad japonesa. Constituyendo uno de los transportes más rentables y con un equipamiento urbano completamente adaptado, la bicicleta es un medio de transporte imprescindible, especialmente en lugares alejados de las grandes urbes japonesas. A pesar de su facilidad, mucho cuidado a la hora de conducir por la ciudad, ya que las reglas de circulación son estrictas, con el fin de ordenar el tráfico, y, en ocasiones, el visitante puede tardar en familiarizarse.

Lugares turísticos:

Al plantearse un viaje a Japón debemos estar preparados para una de las combinaciones más originales de tradición y vanguardismo, presente en inmensas metrópolis, colmo del futurismo, o pequeños pueblos rurales rodeados de templos antiguos entre frondosos bosques.
El ejemplo más práctico se da en el concepto de parque: multitud de espacios cuidados –naturales- con reglas de cultivo y decoración antiquísimas pueblan cualquier ciudad junto a parques temáticos –creados- plagados de atracciones, normalmente basadas en un tema o en protagonistas ficticios.

Tokyo
Las referencias, positivas y negativas, de poco sirven respecto a lo que en la capital de Japón nos encontraremos. Lejos de ser una ciudad agrupada concéntricamente, Tokio se asemeja a una serie de pequeñas ciudades o barrios de muy diferente carácter. Como guía de referencia, es aconsejable tomar la línea de tren Yamanote cuyas paradas incluyen los principales puntos turísticos de la ciudad.
Una vez superada la primera impresión, similar a un inmenso bosque de asfalto y cemento, la vida diaria y nocturna tokiota es infinita. Desde tiendas de ropa a la última a espectáculos famosos de kabuki -teatro japonés tradicional-, torneos de sumo o parques con bonsáis son algunas atracciones.
En el aspecto gastronómico, no hay que dejar de visitar los «izakaya» o restaurantes locales de precios económicos, o los «ryutei», cocina minimalista de alto standing servido por las míticas «geishas». Además, el estupendo museo Edo-Tokyo, el templo shintoista Meiji-jing o el famoso mercado de pescado de Tsukiji, con espectaculares platos de sushis, son algunas paradas inevitables.

Kioto
La antigua capital nipona, es la ciudad que buscamos. Decenas de templos de la época pueblan esta hoy moderna ciudad japonesa envolviendo al viajero en un ambiente mágico del Japón antiguo. Entre los templos, el Enryaku-ji integra To-To (pagoda del este) hasta Saito (pagoda del oeste) con Yokawa, la última construcción añadida.
Fundado en el año 788 por un joven monje budista llamado Saicho, en principio fue constituido con un templo donde la figura de un buda se incorporaba entre los frondosos árboles. La época ideal de visita tal vez sea el invierno, por la belleza que alcanzan los templos cubiertos de nieve. Una vez allí, merece la pena subir la colina sobre la que se asienta y contemplar el paisaje panorámico.

Parque Nacional Daisetsu-zan
La isla del norte -Hokkaido- es uno de los más espectaculares lugares con los que cuenta Japón. Con un fuerte color verde de fondo, los lagos que conforman el parque se asemejan a las antiguas pinturas japonesas.
Las cascadas, algunas de altura considerable, forman parte de este atractivo natural, mientras que el tradicional mimo y equipamiento con el que se preparan para el turismo estos lugares hace disponer de baños termales -recomendables son los Sounkyo Onsen- con aguas calientes procedentes de debajo de la tierra. A principios del verano, cuando se abren las flores de montaña, y entre septiembre y octubre, cuando la flora torna a mil colores con la llegada del otoño, son los momentos ideales para ver uno de los espectáculos naturales más famosos de Japón.

Osaka
Carente, tal vez, de la belleza y refinamiento que desprende Kyoto o el futurismo de Tokio, Osaka representa una dinámica metrópoli cuyo principal atractivo, comentado por los propios japoneses, lo constituye su gente.
El japonés normalmente suele actuar dentro de unos amplios márgenes de educación y respeto. Sin embargo, los ciudadanos de Osaka traspasan, en ocasiones, esta «frialdad social» para convertirse en gente muy abierta y amantes del buen gusto.
Presidiendo la ciudad, el castillo de Osaka-jo, junto al templo Shitenno-ji y la pagoda Sumiyoshi Taisha, el resto de la ciudad rebosa edificios posmodernos como el acuario Tempozan Harbour Village. Esta apertura del carácter de esta ciudad ha propiciado la ubicación del museo de la Libertad por los Derechos Humanos.
Una parte esencial a la hora de poder definir a Osaka es la vida nocturna. Con un frenético ritmo en torno al canal Dotomburi, la zona de Ebisubashi es uno de los grandes concentradores de gente por la noche. Por último, la increíble vida cultural de esta ciudad puede percibirse en el teatro, como el Bunraku Nacional o el Osaka Shochiku-za.

Kamakura
Muy cerca de Tokio, en la provincia de Chiba, esta pequeña ciudad se nutre de un importante pasado histórico, y alberga la estatua de Buda más grande del país. Aunque pequeña, cuenta con templos importantes como el Hachiman, budista, y el Myouhonji, sintoísta. Para orientar mejor al turista, los templos cuyo nombre termina en «ji» son sintoístas. Sus playas son muy concurridas, y se han llegado a convertir en una especie de Palm Springs para los tokiotas, pero realmente no tienen nada de espectacular.
Y, aunque difíciles de encontrar, porque suelen hallarse en jardines privados y particulares, existen cuevas artificiales en las que antaño se refugiaron los samurais, y hoy en día se pueden ver aún los escondites de estos guerreros, quienes esxcavaron sobre las rocas pasadizos secretos y escaleras.

Patrimonios de la Humanidad

1993 Monumentos budistas en el Area de Horyu-ji
1993 Himeji-jo
1993 Yakushima
1993 Shirakami-Sanchi
1994 Monumentos históricos de la antigua Kyoto (ciudades de Kyoto, Uji y Otsu)
1995 Poblados históricos de Shirakawa-go y Gokayama
1996 Santuario shinto de Itsukushima
1996 Memorial de la Paz en Hiroshima (Cúpula de Gembaku)
1998 Monumentos históricos de la antigua Nara
1999 Santuarios y templos de Nikko
2000 Sitios Gusuku y bienes asociados del reino de las Ryukyu

FODA

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